...Y sin embargo ¡se mueve!

A media mañana de un dia cualquiera de hace unos años...

Mi padre salia del quirofano todavía sedado, acababan de implantarle un marcapasos,

Supongo que en estos momentos estareis pensando que había prometido escribir historias con humor y esta no parece empezar muy alegre precisamente....pero seguid leyendo porque tiene su punto.

Hacía un rato, quizás una hora, cuando iban a llevarle al quirofano, mi madre  (todavía recuerdo su cara) le preguntó al cirujano cuales eran los riesgos de la intervención y éste le contestó que el riesgo era que el paciente sufriera una parada cardiaca durante la intervención y mi madre insistió: ¿y entonces? y la respuesta del cirujano fue el signo que hacian con la mano los emperadores romanos cuando condenaban a un gladiador en el circo, el pulgar hacia abajo ¿sutil, verdad?.

Pero al fin, mi padre salía del quirofano despues de implantarle con exito un marcapasos y le llevaban a una habitación en la que tendria que estar al menos 24 horas como postoperatorio, y como estamos hablando de la SS era una habitación compartida con otro hombre de unos 75 años.

-"¿Y a el que le pasa?" nos preguntó un par de veces el compañero de habitación, hasta que al fin, mi cuñado le contestó: "Le han puesto un marcapasos".

-"¿Marca-pasos? ¡Ah, entonces de los pies como yo!" y salió de la habitación apoyandose en un andador y feliz porque su compañero de habitación compartía su dolencia......